La comisaría de Almendralejo, en una foto de Google Maps.

De vuelta a la escuela. Primer dia de clases. El pasado martes, Isabel, de 14 años, acudió a su instituto en Almendralejo, un municipio de Badajoz de casi 30.000 habitantes, donde casi todo el mundo se conoce. Esa mañana, luego de entrar al patio, un rumor corrió de grupo en grupo. Entre los estudiantes no se habla de otra cosa. La mayoría comenta que hay fotos de estudiantes desnudos deambulando con teléfonos móviles. Isabel, que no se llama Isabel por expreso deseo de su madre, sale al recreo con sus amigas. Están en shock. De repente, un niño se le acerca en medio del patio:

—He visto una foto tuya desnuda.

La joven tiene miedo. Al mediodía regresa a casa. Lo primero que hace es informar a su madre. “Mamá, dicen que hay una foto mía desnuda por ahí. Que lo han hecho a través de una aplicación de Inteligencia Artificial. Me temo que. También hay chicas que lo han recibido”. Sara C., su madre de 44 años, contacta inmediatamente con la madre de la mejor amiga de su hija, quien también acababa de informar a su familia de lo sucedido. Luego de la conversación, las madres comienzan a realizar llamadas. El caso acaba de estallar. Hay más de 20 niñas afectadas. Es entonces cuando una madre decide crear un grupo de WhatsApp para coordinarse mejor entre ellos. Este lunes, según cuentan tres de ellos por teléfono, ya son 27 en el chat. En Almendralejo existen cinco centros educativos que imparten enseñanza secundaria. En al menos cuatro se han difundido imágenes de estudiantes desnudos modificadas por inteligencia artificial. Fuentes policiales de Extremadura informan que tienen conocimiento de la denuncia de al menos siete en tan solo estos días. El caso está siendo investigado por la policía judicial de Almendralejo.

Sara, la madre de Isabel, presentó su denuncia el pasado viernes. Cuando llegó a la comisaría del pueblo, se topó con otra madre que salía por la puerta:

–Fátima, ¿tú también estás afectada?

-Sí.

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Fátima Gómez, de 30 años, tiene una hija de 12, que está en segundo de la ESO. Se enteró del caso el pasado miércoles por la noche, alrededor de las diez, cuando la madre de una amiga de su hija la llamó por teléfono:

—He visto una foto de tu hija desnuda. Es un fotomontaje.

Gómez, en estado de shock, sufrió posteriormente un ataque de ansiedad. Posteriormente, fue a buscar a su hija y conversó con ella. “¿Sabes algo sobre una foto de desnudo?” La niña no lo duda. Ella dice que sí y le muestra a su madre una conversación reciente en Instagram con un chico. La conversación, según cuenta Gómez a EL PAÍS por teléfono, va así:

-Hola.

-Hola.

—¿Puedes darme algo de dinero?

-No.

Y el chico inmediatamente le envía una foto de ella desnuda. Su hija bloquea el contacto. Según le dijo un agente a su madre, la policía cree que detrás de esta cuenta hay un perfil falso. Mientras tanto, el grupo de madres afectadas sigue creciendo. Cada vez son más los afectados. Una de las últimas en sumarse al grupo fue Miriam Al Adib, extremeña de 46 años, que trabaja como ginecóloga en la localidad. Al Adib tiene un perfil en Instagram donde la siguen más de 120.000 personas. Aquí, este domingo, realizó un video en vivo para contar lo que acaba de pasar en su casa. El vídeo ya acumula más de 70.000 visualizaciones. “Acabo de regresar de un viaje y esto es muy serio y tengo que compartirlo”, dice.

Al Adib, que tiene cuatro hijas de entre 12 y 17 años, dijo por teléfono a este periódico que acababa de llegar de un viaje a Barcelona. Regresaba después de dar presentaciones sobre salud sexual femenina.

Después de terminar de comer, una de sus hijas, la de 14 años, se acerca a ella y le dice:

—Mamá, mira lo que pasó. Le han hecho esto a muchas chicas.

La chica le muestra la foto de ella desnuda. “Mi corazón dio un vuelco”, dice ahora la propia Al Adib por teléfono. “Si no conozco el cuerpo de mi hija, esta foto parece real”. La niña le dice que la va a llamar madre de una amiga porque, al parecer, se están sumando más madres en un grupo de WhatsApp.

La madre de la amiga de su hija le cuenta por teléfono que hay mucha gente afectada. “Algunas madres saben que hay fotos de su hija desnuda, pero no las tienen”, afirma. Al Adib cuenta al resto que tiene una plataforma donde ella misma puede hacer un vídeo explicando lo sucedido para intentar llegar a los niños que envían estas fotos, para que tenga eco. “Esta es una ciudad y lo sabemos, sabemos lo que pasa”. Fue entonces cuando Al Adib sube un vídeo de 10 minutos y cuenta con un mensaje de texto lo que le pasó a su hija. “Esto chicas no va a quedar así. DETENGA ESTO AHORA. Chicas, no tengan miedo de denunciar este tipo de actos, dígaselo a sus madres. Madres afectadas, díganmelo para que estén al tanto en el grupo que hemos creado”.

La reacción fue un apoyo masivo para todas las madres afectadas, con mensajes públicos y privados instándolas a continuar e informar. “No todo está perdido en la sociedad”, afirma Al Adib por teléfono. “La sensación de que las mujeres no nos quedamos calladas es un hecho. Ya no nos avergonzamos. Somos víctimas y ahora podemos hablar porque la sociedad nos apoya. Ese es el mensaje que le he dicho a mis hijas, que guarden ese mensaje”.

La investigación, según fuentes policiales, sigue abierta. La foto de una de las menores incluía una mosca en la foto completamente desnuda de su hija. Esa mosca es el logo de la supuesta aplicación que se ha utilizado con todos los menores. Se trata de una aplicación que tiene un mensaje de bienvenida en mayúsculas en su página web: “Desnuda a cualquiera con nuestro servicio gratuito”.

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