¿Vives con una persona dominada por dolencias crónicas? Detrás de este tipo de comunicación hay realidades que es necesario conocer para poder manejarlas adecuadamente. Descúbrelos.
Tratar con una persona que se queja no es una tarea fácil. Estás ante alguien cuya actitud te desanima y con quien es difícil convivir. Son personajes que ven mil problemas en cada solución, que sólo anticipan fatalidades y para quienes el vaso está siempre medio vacío. Es difícil encontrar motivación cuando tienes presencias a tu lado que ensombrecen todo intento de buscar la luz.
Lo más importante en estas situaciones es entender que detrás de tales comportamientos se esconden muchas frustraciones no resueltas. A veces la queja es un indicio de un trastorno psicológico. Ser empático además de asertivo a la hora de poner límites es la mejor estrategia que te ayudará en estos casos. A continuación te describimos cómo actuar.
“Quienes se quejan de cómo rebota una pelota son aquellos que no saben golpearla.”
Las mejores recomendaciones para tratar a una persona quejosa
Queja es también forma de comunicación que sirve para expresar un arrepentimiento para que alguien pueda validarlo. El problema viene cuando este comportamiento se convierte en un hábito. Los quejosos crónicos son personas que lo único que hacen es reforzar su negatividad e impregnarla en los demás. Semejante actitud tiene un alto coste mental para quienes la rodean.
De hecho, como se afirma en un artículo de Fronteras en Psicología, Los contagios emocionales son frecuentes durante cualquier interacción social. De esta forma, si no manejas adecuadamente a alguien que te satura con su tristeza y frustración, terminarás arrastrado por la radiación de ese mismo estado emocional. Para evitarlo, te será de utilidad lo que ahora detallamos.
1. Escuche activamente y sienta empatía
Somos conscientes de que vivir con alguien que se queja de todo carcome y consume energías. No es fácil. Sin embargo, Muchas personas acostumbradas a lamentarse lo hacen porque rara vez se les escucha. Es necesario validarlos y tenerlos en cuenta. Si esto no sucede, entran en un bucle y automatizan dicho comportamiento. Lo que se recomienda en estos casos es lo siguiente:
- Descubra qué les está pasando y por qué se sienten así.
- Escuche atentamente y haga preguntas para mostrar su interés.
- Mantener una actitud positiva y empática durante el diálogo con ellos.
- Esté cercano en todo momento y evite emitir juicios o criticarlos.
- El objetivo es que estas personas se sientan comprendidas y no repitan la queja.
2. Fomentar la resolución de problemas
A la hora de tratar a una persona quejosa es recomendable orientarla para que adopte una actitud más proactiva. Generalmente, lo que estas figuras necesitan es un ajuste de perspectiva y dejar de reaccionar pasivamente ante lo que les angustia. De esta manera, un trabajo publicado en la revista La revista de psicología social hace un punto interesante.
Esta investigación reveló que quienes se quejan para lograr algo concreto son más felices que quienes lo hacen por costumbre y sin ningún propósito. Además, si se aplican recursos como el mindfulness, existe un instrumento mediador para reducir la negatividad. El objetivo, por tanto, es que estos individuos dejen de adoptar un rol evasivo y actúen.
Por aquí, Puede recomendarles que apliquen habilidades de resolución de problemas. Estas frases te ayudarán: “¿Qué podrías hacer tú para mejorar esta situación?” “Si esto te molesta, ¿qué acciones deberías tomar para reducir tu malestar?”
3. Aplicar la asertividad
A veces, por mucho que se inste a esa persona que vive en estado de queja a que aplique técnicas de afrontamiento, no lo hace. En cambio, queda atrapada en una negatividad persistente. Esto se debe a que estás indefenso y asumes que, por mucho que actúes, nada cambiará. Sin darse cuenta, convierte la comunicación dominada por el arrepentimiento en un hábito del que no sabe cómo salir.
Al tratar con una persona quejosa, Lo mejor es utilizar la asertividad y hacerle ver el coste de su comportamiento. Visibilizar la actitud dañina es una manera de hacerles reflexionar y tomar conciencia de ello. Te mostramos cómo aplicar adecuadamente esta competencia comunicativa:
- Combina asertividad con cercanía y comprensión.
- Ofrécele tu ayuda en este proceso de mejora de su actitud.
- Explíquele que se siente incómodo con sus persistentes quejas.
- Anímales a aplicar cambios en su forma de relacionarse.
- Comunique que comprende su malestar y respeta sus sentimientos.
- Explique en detalle por qué ese comportamiento le incomoda.
La queja es parte del repertorio comunicativo y actitudinal humano. Con él expresas lo que no te gusta o te frustra para que los demás te conozcan o incluso te apoyen. Sin embargo, si esta dinámica se convierte en un hábito persistente, puede esconderse detrás de un trastorno del estado de ánimo como la depresión.
4. Tácticas para conversar constructivamente
Una conversación constructiva es aquella en la que los dos interlocutores logran aclarar sus diferencias para llegar a acuerdos. En este sentido, te interesará saber que, Con las herramientas adecuadas, tendrás intercambios verbales efectivos y satisfactorios. con una persona quejosa. Te compartimos qué herramientas utilizar:
- Cuando alguien presente sus quejas, escúchelo con atención.
- Reforzar los puntos fuertes y enriquecedores de esta persona.
- Utilice el sentido del humor para reducir su carga de angustia.
- Intenta llegar a acuerdos que impliquen cambios en su comportamiento.
- Sin críticas, ofrezca una perspectiva más útil sobre sus afirmaciones.
- Cuando digan algo positivo, reafirma y valida. ¡Celebre ese enfoque!
- Intentar en todo momento conducir el diálogo hacia enfoques más sensatos.
- Si te ves cayendo en el círculo de la negatividad, redirige la conversación.
5. Elevar los límites para salvaguardar el bienestar
Los quejosos crónicos tienden a tener un efecto perjudicial en usted. Cuando alguien piensa y reacciona de manera pesimista, apaga sus esperanzas y le dificulta su funcionamiento social. Es más, en ocasiones, la denuncia va de la mano del victimismo, un constructo psicológico que queda muy bien definido en la revista Personalidad y diferencias individuales .
Se trata de personas que tienen el persistente sentimiento de ser víctimas de cualquier relación y circunstancia. Esto también es agotador y puede provocar un gran agotamiento psicológico. Para protegerse de estas dinámicas, es necesario construir muros y vallas de protección emocional. Mira cómo hacerlo:
- Centrarse en lo positivo: Para evitar resentimientos o obsesiones con esa relación complicada, intenta centrarte en aquellas otras figuras positivas que están siendo enriquecedoras en tu vida.
- Reconoce tus propias necesidades: Identifica lo que necesitas para sentirte bien y proteger tu autoestima, bienestar e integridad emocional. Esto le ayudará a comunicar sus barreras de forma clara y coherente.
- Ser asertivo: expresa lo que no puedes tolerar y da tus razones, utilizando frases como la siguiente: “Tu negatividad me afecta y aunque respeto tus emociones, te pido que cambies de actitud cuando me hablas”.
- Yo consistente: Una vez que haya establecido una barrera insuperable, manténgala. No cedas a la presión ni a la manipulación. La constancia es clave para que comprendan que tus límites son reales.
- Aclare las consecuencias: A la hora de tratar a una persona quejosa y pesimista, es importante detallar qué efectos tendrá que rocen esos límites. Un ejemplo de ello sería reducir el tiempo que pasas con esa figura o distanciarte por unos días.
- Evite discutir: Vivir con alguien que se queja de todo no es fácil. Pero a la hora de poner límites no es necesario entrar en enfrentamientos. Sólo informar. Si la otra persona lo recibe negativamente, no entres en la dinámica de una discusión. Esto sólo aumentará su malestar. Mantenga la calma.
6. Sugerir que pidas ayuda psicológica
Es cierto que lidiar con una persona quejosa no es fácil y que, en muchos casos, se prefiere evitarla. Ahora bien, es necesario ser sensibles ante este tipo de conductas. A veces, Detrás de las actitudes derrotistas se esconde una condición psicológica, como son los trastornos depresivos. Es un aspecto que debes considerar.
Psiquiatría BMC Las investigaciones destacan que los pensamientos negativos son frecuentes entre los síntomas de la depresión. Es común que estos pacientes se quejen frecuentemente de todo, muestren comportamientos evitativos, irritables y se dejen dominar por el diálogo poco constructivo. En estos casos, es recomendable sugerir ayuda profesional.
La denuncia, una actitud “encubierta”
Aquellos que están atrapados en quejas obsesivas y persistentes muestran un comportamiento de “encubrimiento”. Es decir, en tu interior hay realidades no atendidas, decepciones que no han sido atendidas, tristezas y malestares no resueltos. Es cierto que cualquiera se siente incómodo compartiendo tiempo y espacio con alguien que lo ve todo negro. Nadie niega que estas cifras son muy agotadoras.
Sin embargo, si convives con una persona de este perfil trátala con cercanía y empatía. Se trata de alguien que es infeliz y carece de recursos para afrontar la situación y se beneficiaría de apoyo psicológico. Sugiera dar ese paso. Al tomar esta decisión, salvaguarda tu bienestar emocional. Porque la negatividad persistente es como el humo tóxico que enferma tus fortalezas.
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