Según la organización nacional de trasplantes, en 2022 se realizaron 157.540 trasplantes de órganos en todo el mundo. Se salvaron 157.540 vidas gracias a un procedimiento impensable hace apenas unas décadas. Sin embargo, todavía hay muchas personas en angustiosas listas de espera que necesitan órganos que no llegan. Para que se pueda realizar un trasplante se deben cumplir ciertas condiciones. criterios de compatibilidad y tiempo muy estrictos entre la extracción del órgano y su implantación.
Estos criterios, necesarios para que el trasplante funcione, representan un enorme cuello de botella en las operaciones y cuestan la vida de miles de pacientes cada año. Pero la tecnología continúa avanzando y cientos de grupos de investigación en todo el mundo están tratando de encontrar nuevas formas de obtener órganos compatibles con cada paciente. Para ello utilizan técnicas biológicas que van desde tratamientos enzimáticos hasta edición genética, todo en la búsqueda de órganos universales.
Los dos grandes problemas de los trasplantes
El principal problema a la hora de realizar un trasplante es que cada uno de nosotros dispone de una especie de número de identificación a nivel celular. Tomemos, por ejemplo, una célula hepática de dos personas diferentes. A primera vista parecen iguales: tienen la misma forma, la misma composición y se comportan igual. Pero si ahora intentáramos colocarlas en el cuerpo equivocado, inmediatamente notaríamos que el cuerpo receptor atacaría esa célula y la destruiría. Es decir, se produciría un rechazo.
Esto se debe a los antígenos leucocitarios humanos o HLA. Algunas moléculas que son prácticamente único para cada uno de nosotros y que le dicen al cuerpo qué células son propias y cuáles vienen del exterior. Para encontrar un donante compatible, un cierto número de estas moléculas deben coincidir con el receptor, cuya cantidad y porcentaje dependerá del órgano a trasplantar. En el caso de que no se encuentren órganos compatibles, es prácticamente imposible realizar el trasplante sin que se produzca rechazo.
Y el segundo problema no es menos importante: el tiempo. los organos Sólo pueden sobrevivir un número limitado de horas hasta que se degradan demasiado para ser trasplantados. Este tiempo máximo también depende de cada órgano y condiciona en gran medida su disponibilidad. Si alguien está en lista de espera para un corazón y aparece un donante, pero está a más de 6 horas del hospital en cualquier tipo de transporte, queda descartado. Esto es debido a No se puede asegurar que el corazón permanecerá en buenas condiciones para la operación.

Un cirujano vestido con un traje protector observa un contenedor especial para transportar órganos
Los más resistentes a estos trasplantes son los riñones, que pueden durar hasta 36 horas, pero el hígado o el páncreas quedan inservibles a las 12 horas, y el corazón y los pulmones mucho antes, unas 6 horas. En ciertos tejidos menos complejos y más pequeños que los órganos, como las córneas, Se puede realizar ultracongelación. que los mantiene viables durante años. Lamentablemente, esta práctica es imposible con los órganos debido a su tamaño y a la delicadeza de las estructuras.
La ciencia en busca de soluciones
En definitiva: compatibilidad y tiempo, dos grandes problemas y muchas mentes intentando solucionarlos. Todo este trabajo realizado en los laboratorios se traduce en importantes avances, que muchas veces van de la mano de otras tecnologías punteras. Actualmente se está probando modificar órganos humanos procedentes de donantes para hacerlos compatibles con los pacientes que los necesitan. Para ello existen estudios en los que se utilizan enzimas pancreáticas que son capaces de eliminar el HLA de las células del órgano. De esta forma, el cuerpo del receptor no los reconocería como “invasores” y, por tanto, no intentaría destruirlos.
Lamentablemente, es imposible controlar lo que hace el órgano una vez trasplantado, por lo que podría reformar los HLA de su superficie y, por tanto, ser rechazado. Ahora, gracias a esta técnica, la vida del paciente podría alargarse lo suficiente como para que aparezca un nuevo donante compatible. Este donante podría ser otro ser humano, pero gracias a la edición genética, Se está cultivando el germen de un cambio de paradigma en materia de trasplantes. Este cambio permitiría que los donantes no sean de la misma especie que el receptor. Es decir, se están empezando a cultivar órganos humanos en otros animales, como por ejemplo los cerdos.
Se aprovecha todo del cerdo.
La edición genética de animales permitiría crear una gran cantidad de órganos compatibles con cada paciente. Actualmente, estos trasplantes interespecies, también llamados xenotrasplantes (del griego “xenos”, extranjero), ya se han realizado en casos muy raros de pacientes con problemas cardíacos y renales que no tenían otra solución. Para ello, eliminaron determinadas proteínas específicas del cerdo y se modificó su HLA para hacerlo compatible con el del paciente mediante edición genética.
Estas modificaciones en el comportamiento y estructura celular son posibles gracias a las herramientas desarrolladas en los últimos 10 años. El más utilizado actualmente es CRISPRqué Permite eliminar o insertar permanentemente información genética en las células. que se deseen de una forma más sencilla y económica que otras técnicas. De esta forma se puede controlar la información expresada por la célula. Por lo tanto, no sólo se pueden modificar el HLA y las proteínas del cerdo, sino que también se pueden utilizar para promover condiciones favorables que permitan el crecimiento de los órganos. Esto es lo que dijimos en este artículo.
La versatilidad de CRISPR
En los 10 años que CRISPR se ha utilizado en laboratorios, Ha ahorrado innumerables horas de experimentos largos y costosos. Antes de la creación de esta herramienta, modificar una bacteria, una planta o un animal con las características deseadas para experimentos tomaba varios años y requería cientos de cruces. Así, mediante el azar dirigido y tras una gran inversión de tiempo y dinero, se pudieron sentar las bases para comenzar los experimentos. Hoy en día, esta parte experimental se ha vuelto prácticamente trivial, se modifica genéticamente el organismo necesario y en pocos días está todo listo para comenzar los experimentos.
Centrándose específicamente en los trasplantes, estas tecnologías ofrecen nuevas posibilidades que hace apenas unos años eran materia de ciencia ficción. Con estos avances se pretende que las listas de espera para recibir un órgano pasen de una incertidumbre de varios meses o años a unos pocos días o semanas. Cada avance en este campo acaba repercutiendo en una mayor calidad de vida de los pacientes. y, si en 2022 se salvaran 157.540 vidas, en los próximos años la cifra podría aumentar considerablemente.