Las esperadas lluvias llegarán a Andalucía a lo largo de las próximas semanas. La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para el último trimestre del año ve un ligero cambio de tendencia en la actual situación de sequía de larga duración y prevé que será un otoño normal e incluso más lluvioso de lo habitual en la región. Esto significa que, de cumplirse los modelos -la probabilidad ronda el 80%-, las precipitaciones podrían dejar entre 136 y 215 litros por metro cuadrado de media en estos tres meses, parámetro en el que se sitúa la historia de esta época del año. ano. Una cifra que sería tres veces superior a lo recogido durante el mismo periodo de 2022. Así, en uno de los otoños más secos que se recuerdan, apenas se alcanzaron 60 litros en el conjunto de la comunidad.

Los datos referentes al último año meteorológico –entre el 1 de septiembre de 2022 y el 31 de agosto de 2023– lo sitúan como el quinto más seco de la historia. Evidentemente, el otoño pasado no estuvo ajeno a esta realidad y las lluvias acumuladas entre septiembre y noviembre estuvieron lejos de la media habitual. El delegado territorial de la Aemet en Andalucía, Juan de Dios del Pino, explicó que el año “sólo se salvó” por las precipitaciones provocadas por el temporal atlántico el puente de diciembre, “con una lluvia fina y continuada que fue muy buena para la sequía”, y el ciclo de depresiones aisladas en niveles altos (DANA) que afectó a la región entre los meses de mayo y junio. Sólo en estos dos episodios se registró el 60% de toda la precipitación del año.

Estos escenarios no son algo exclusivo de 2022 sino que confirman una tendencia a la baja en la cantidad de precipitaciones durante la última década. De hecho, en todos estos años ha llovido mucho menos de lo habitual, con la única excepción de lo ocurrido en 2017-2018. “Eso es mucho”, explica Del Pino, por lo que “estamos demasiado bien para lo que está pasando”. También hay más datos que confirman esta debacle pluvial, ya que en estos diez años sólo han caído 5.627 de los 6.687,6 litros por metro cuadrado que marcaron la media de la serie histórica. Por tanto, faltan más de 900 litros por metro cuadrado de agua que no ha llegado a Andalucía. O lo que es lo mismo, la lluvia de dos años completos.

Cambio de tendencia

Todo indica que la tendencia cambiará en estas semanas pero Aemet pide cierta cautela con los modelos. Del Pino advierte de que “las previsiones de precipitaciones empiezan a dar señales de un posible cambio meteorológico que aún está por confirmar”, aunque “los mapas de lluvias de las próximas semanas ya no salen en blanco y eso es una buena noticia”. Sin embargo, el regreso de las precipitaciones en los próximos meses no parece capaz de solucionar la delicada situación de las marismas. “La sequía no se soluciona con un otoño lluvioso”, explica Del Pino. Entre otras cosas, porque “muy poca del agua que cae acaba en el interior de los embalses”. Y para probar esta afirmación, lo que pasó este verano. “Estos meses han sido el doble de lluviosos de lo normal, con casi 26 litros por metro cuadrado frente a los 12 de media”, explica. Sin embargo, “si toda el agua hubiera ido a parar a los embalses, la cuenca del Guadalquivir estaría al 50% de su capacidad, pero lamentablemente no ha sido así”.

Toca, por tanto, mirar al cielo y esperar a que se confirmen los modelos de Aemet. Parece mucho más claro que el próximo otoño será más caluroso de lo esperado en Andalucía, donde los termómetros suelen oscilar entre los 16,8 y 17,7 grados de media. Según la previsión, hay un 60% de posibilidades de que las temperaturas superen los 18 grados, aunque también hay un 30% de posibilidades de que se mantengan dentro de los rangos normales para la temporada. Es casi descartable que este otoño sea abrigo y bufanda. Para eso habrá que esperar, con suerte, a la llegada del invierno.

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