Los veintisiete países de la UE intentarán ajustar el calendario para alcanzar un acuerdo sobre la reforma de las normas fiscales antes de finales de año. La reunión informal de Ministros de Economía y Hacienda ha servido como punto de encuentro para marcar un camino hacia este objetivo. Lo llaman Camino de Santiago, una especie de referencia a la trayectoria marcada en la reunión de este sábado en la capital gallega y que aprieta el tiempo para que España presente una propuesta de texto sobre la reforma y abra un primer debate político en octubre.
Así lo afirmó la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, quien destacó ante la prensa al finalizar el encuentro: “ha habido unanimidad en la necesidad de intensificar el trabajo en las próximas semanas”. También se ha referido a un “calendario ambicioso” para trabajar “de manera constructiva para lograr un consenso de aquí a final de año”.
España, como presidencia española de la UE en este segundo semestre de 2023, acelera el paso para cumplir los plazos propuestos. Su objetivo, según ha reiterado, es tener un acuerdo sobre esta cuestión a finales de año. Y, para ello, debe hacer todo lo posible para que, en las tres reuniones restantes, se perfile un consenso sobre una cuestión tan controvertida como sensible. Una reforma que vuelve a segregar entre norte y sur de la UE. Y todo ello con la cuenta atrás para la desactivación de la cláusula de escape, que durante y después de la pandemia suspendió la aplicación de las reglas fiscales hasta inicios de 2024.
A su llegada al Ecofin de Santiago, la vicepresidenta primera aseguró que “el 70% del texto estaba acordado y vamos a proponer a los ministros pasar a la negociación política del 30%”. Una negociación política que intentará equilibrar la reducción sostenida de los ratios de deuda pública sobre el Producto Interior Bruto (PIB), dando cabida a las inversiones necesarias y a los incentivos para las reformas estructurales.
Ha sido bautizado por el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, como “Santiago’s way” o el “fiscal path” (el Camino de Santiago o the fiscal path en inglés). Una metáfora con la que intenta reflejar el camino que se abre en este encuentro tras los diálogos iniciados por los responsables de los Veintisiete de Economía, que sentarán las bases de lo que será la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Conversaciones que, según explicó Calviño, se basan en dos elementos: por un lado, “encontrar el equilibrio adecuado entre sendas de reducción sostenida de la deuda sobre el PIB que garanticen la sostenibilidad a largo plazo, pero protegiendo las inversiones europeas y los incentivos a las reformas necesarias” .
El otro elemento al que se refirió la vicepresidenta es el desarrollo de planes y respuestas que se adapten a las especificidades de los países “garantizando reglas comunes” que protejan la “igualdad de trato”. Dos principios ante los cuales, explicó Calviño, los países se han mostrado abiertos a pasar a la fase de negociación política e intentar buscar consensos.
El debate entre los responsables de Economía de la UE se ha centrado en las condiciones para alcanzar un acuerdo político. El trabajo a nivel técnico se aceleró a lo largo de los meses de verano para encontrar una serie de puntos comunes que sirvieran para acercar posiciones entre países a partir de octubre.
Lo cierto es que España también se enfrenta a unos plazos ajustados para cumplir el calendario de culminar la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento antes de final de año. Así, para intentar acercar las posiciones divergentes entre una Alemania que lucha por una cifra como vía de reducción numérica de la deuda, y una Francia que se resiste a tal camisa de fuerza, el apoyo de los países se configura como crucial en esta negociación. Según fuentes diplomáticas, Dinamarca y Países Bajos estarían operando como punto de apoyo para ayudar a España como parte mediadora en la negociación.
Por ahora, la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la UE el próximo mes en Luxemburgo está convocada para intentar un acuerdo político. Para ello, la presidencia española de la UE prevé una reunión intermedia en Madrid a principios del próximo mes que se articulará como engranaje para un aterrizaje político en la gobernanza económica.
En cualquier caso, las negociaciones entre los responsables de Economía tienen todos los números para continuar en la reunión de noviembre, aunque fuentes diplomáticas apuntan que el Parlamento Europeo está preparado para iniciar negociaciones con la Comisión Europea y los países. Un paso en el proceso legislativo conocido como diálogos tripartitos.
En este sentido, el vicepresidente económico de la Comisión Europea ha instado a completar el proceso de reforma de la gobernanza económica en el Parlamento Europeo antes de las elecciones europeas de mayo del próximo año. Es cierto que 2024 se articula como una especie de periodo de transición hasta que se apliquen plenamente las reglas fiscales, sin embargo, este otoño los países tendrán que presentar sus planes presupuestarios a Bruselas y será el año que viene cuando empiecen a abrirse y déficit excesivo. procedimientos, para aquellos que superen niveles del 3% del PIB.
Fue en julio cuando España, como árbitro de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, propuso un documento de trabajo para avanzar en la reforma de las reglas fiscales. A partir de cuatro puntos, el texto aborda la inclusión de salvaguardias comunes para garantizar una reducción suficiente de la deuda y evitar esfuerzos fiscales. Un guiño a Alemania, que ha reclamado en los últimos meses que se establezca un objetivo común de reducción del 1% anual de la deuda.
El documento de trabajo plantea tres puntos adicionales: pide espacio fiscal para las inversiones necesarias, margen de maniobra para las instituciones europeas y establecer mecanismos para el cumplimiento de los compromisos.