La cuenta atrás para la reducción de tipos ha comenzado. Aunque el presidente del BCE ha insistido tras la última reunión en desmentir este escenario, los analistas y el mercado ya están pensando en las fechas de las reducciones. El banco central ha emprendido una subida histórica del ‘precio del dinero’ para controlar la inflación. Diez subidas consecutivas y, en total, un avance de 450 puntos en apenas 14 meses. Sin embargo, este jueves, cuando anunció El último de estos ajustes con un aumento de 25 puntos básicos, todos entendieron que era el último, pero los mercados van un paso más allá.
“El Consejo de Gobierno considera que los tipos de interés oficiales del BCE han alcanzado niveles que, mantenida durante un período suficientemente largo, contribuirá sustancialmente al rápido retorno de la inflación a la meta. Las futuras decisiones del Consejo de Gobierno garantizarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario.” Estas fueron las palabras del comunicado por el que todos entendieron que el fin del ciclo ha terminado.
Sin embargo, la propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, no se sentía del todo cómoda con la perspectiva de tener ya fijado un techo para los tipos de interés. Durante la rueda de prensa fue muy explícita al señalar que no había dicho que las subidas habían terminado.
Por ello, aprovechando la reunión del Eurogrupo celebrada en Santiago de Compostela, la presidenta francesa ha dejado clara su postura: “No lo hemos decidido ni lo hemos hablado“. A pesar de esto, esto implica que, como se explica en el comunicado, los niveles de tipos ya son suficientemente altos. “El Consejo considera que ya se han alcanzado niveles que, mantenidos durante mucho tiempo, pueden contribuir a un camino claro hacia un rápido retorno. al objetivo de inflación del 2%.
Si bien el presidente insistió en que no hay recortes en el horizonte, el mercado no tiene muy claro que los tipos no seguirán subiendo, sino que habrá recortes a la vuelta de la esquina. El consenso de expertos recogido por Bloomberg apunta a tres caídas de 25 puntos básicos en 2024, la primera de las cuales se produjo en junio.
Las previsiones contempladas por el OIS (Overnight Index Swap), donde los inversores cubren su posición con derivados financieros, indican que el mercado empieza a anticipar posibilidades de bajada de tipos a partir de marzo. Cuando el recorte parece más claro es también en junio.
En ese mes, hay división en torno a un posible recorte, aunque la mayoría se inclina por ese escenario, especialmente los analistas. Para la reunión de julio hay un gran consenso en que el BCE ya habrá llevado a cabo el recorte. Este mismo horizonte lo han planteado miembros del Banco Central Europeo como Luís de Guindos, que, en una entrevista en Cope el viernes por la mañana, afirmó que “esta caída podría producirse en 2024 siempre que los datos ayuden”.
Expertos como Ben Laidler, estratega de eToro, han sostenido que “el ciclo ha empezado a girar” y, por tanto, “la cuenta atrás de los recortes Esto ya ha comenzado”. Esto es lo que pensaba el euro, que se dirige a la mayor caída de su historia. Los bonos, por su parte, también han caído. Según Karsten Junius, economista jefe de J. Safra Sarasin Sustainable AM, esto El movimiento de las divisas y de la deuda se debe a “que los mercados están considerando una bajada de tipos para marzo”.
Martin Wolburg, economista senior de Generali Investments, coincide en que los recortes llegarán en 2024, pero cree que se retrasarán algo más. Según el experto, “creemos que El BCE pretende mantener los tipos a este nivel hasta el tercer trimestre de 2024″.
En su último informe, Bank of America también estima que las caídas podrían producirse en 2024, pero aclaran “que al menos habría que esperar hasta la reunión del 24 de junio, ya que parece ser el momento más temprano en el que podría producirse”. “
“No debemos excluir la posibilidad de que sean necesarios nuevos aumentos”
Dentro de la propia institución dista mucho de haber un discurso unificado sobre la hoja de ruta. El miembro del Consejo de Gobierno, Bostjan Vasle, quiso subrayar que no se descarta un aumento. “No debemos excluir la posibilidad de que sean necesarios nuevos aumentos”, subrayó durante el encuentro en Santiago. “Todo depende de la información que recibamos.“. Aunque otros miembros del Banco Central Europeo, como los presidentes del banco central de Estonia, Madis Müller y el de Lituania, Gediminas Simkus, han coincidido en que esperan que el último movimiento sea el definitivo. “Hasta donde sabemos, no esperamos más aumentos”, afirmó el alto funcionario estonio.
En cualquier caso, todo depende de cómo avance la lucha contra la inflación y de cómo resista la economía europea los embates de un entorno tan restrictivo. Respecto al primero, Los últimos datos de inflación apuntan a una estancamiento en 5,3%. A pesar de las fluctuaciones de los precios de la electricidad, la inflación subyacente (inflación sin energía ni alimentos frescos) está cayendo lentamente del 5,5% al 5,3%.
El factor que más presión está ejerciendo sobre el BCE para acelerar su hoja de ruta son los desalentadores datos económicos de la región, especialmente para la conocida como la ‘locomotora de Europa, Alemania. La Comisión Europea previsiones revisadas a la baja De cara al año para el país germánico, que apunta a una caída del 0,4% hasta 2023. Europa se salvaría de la recesión avanzando un 0,8%, pero hasta no hace mucho las perspectivas eran del 1,1%.