Entre los conocidos como “superalimentos” destaca la acerola (Malpighia glabra). Es una de las frutas con Mayor concentración de vitamina C en su composición. Se asemeja a una cereza, madura en otoño y llama la atención por su vibrante color rojo o amarillo, su sabor agridulce y su textura carnosa.
Es originaria de la región mediterránea, Oriente Medio y Asia occidental y ha encontrado su hábitat principal en América del Sur, concretamente en Brasil, que es el principal productor mundial de esta fruta. Su facilidad de cultivo en zonas soleadas o parcialmente soleadas, su resistencia al frío y su bajo requerimiento hídrico la convierten en un tesoro para los agricultores.
En los últimos años ha despertado el interés de la comunidad científica y de las empresas farmacéuticas por su impresionante aporte de vitamina C. Según estimaciones contiene entre 695 y 4.827 mg de vitamina C por 100 gramoss. Esto lo sitúa en un nivel sorprendentemente superior al de la naranja o el limón, que contienen aproximadamente entre 15 y 30 mg por cada 100 gramos.
Además, contiene altas dosis de vitaminas del grupo Bcomo B1, B2 y B6, Sales minerales (calcio, hierro, magnesio, fósforo y potasio), carotenoides en sus pigmentos, flavonoidesazúcares y polifenoles.
Y se les atribuye propiedades vitaminas, remineralizantes, antioxidantes, antiinflamatorios, antifatiga, antiséptico, antimicrobiano, astringente, digestivo y nutritivo.
La importancia de la vitamina C en el organismo.
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina esencial para el cuerpo humano debido a su importancia en numerosas funciones biológicas. Algunas de las razones más importantes por las que debemos tener buenos niveles de esta vitamina son:
- Poder antioxidante: la vitamina C es una Magnífico antioxidante que ayuda a proteger las células del daño causado por los radicales libres (son moléculas inestables que pueden dañar el ADN, las proteínas y los lípidos, lo que se relaciona con el envejecimiento prematuro y diversas enfermedades, incluido el cáncer).
- Sistema inmunitario: La vitamina C es esencial para buen funcionamiento del sistema inmunológico. Ayuda a estimular la producción y actividad de los glóbulos blancos, que son los encargados de combatir infecciones y enfermedades.
- Síntesis de colágeno: La vitamina C es esencial para síntesis de colágeno, una proteína clave en la formación de piel, tendones, ligamentos y huesos. La falta de vitamina C puede provocar problemas en la piel y debilitamiento del tejido conectivo.
- Cicatrización de la herida: La vitamina C juega un papel fundamental en la cicatrización de heridas, ya que contribuye a formación de tejido nuevo y ayuda a mantener la integridad de la piel.
- Absorción de hierro: La vitamina C mejora la absorción del hierro no hemo, que se encuentra en alimentos vegetales como legumbres y cereales. Esto es especialmente importante para personas que siguen dietas vegetarianas o veganasya que el hierro de origen vegetal se absorbe con menor eficacia que el hierro de origen animal.
- Salud cardiovascular: Algunos estudios sugieren que la vitamina C puede ayudar a mantener la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol LDL (“colesterol malo”) y favorecen la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que contribuye a la regulación de la presión arterial.
- Reducción del estrés oxidativo: La vitamina C puede ayudar a reducir el estrés oxidativo en el cuerpo, que está relacionado con una variedad de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas y neurodegenerativas.
- Salud ocular: Se ha observado que la vitamina C puede reducir el riesgo de enfermedades oculares como cataratas y degeneración macular relacionada con la edad.