Las imágenes impactan. Un oso negro con la cabeza atrapada en un tambor verde avanza erráticamente, en círculo, tropezando y tropezándose entre las piedras cerca de la localidad de Anllares del Sil (León). Se trata de un varón de 98,5 kilos, que finalmente fue liberado este miércoles por la mañana por los técnicos de la Junta de Castilla y León del encierro que le impedía, además de ver, comer o beber, lo que podría provocarle la muerte.

Borja Martínez, vecino de la localidad, llamó ayer sobre las 8.45 a la Fundación Oso Pardo (FOP) para comunicarles que había un plantígrado con problemas en las inmediaciones de su localidad. Se topó con él cuando estaba dando un paseo por el pueblo. “Fue una casualidad, el animal estaba desorientado, deambulando y sin acercarse al bosque, porque creo que al no ver y encontrarse con los árboles se asustó y se sintió más seguro afuera en el espacio más abierto”. Inmediatamente llamó a la FOP y esperó para no perder de vista al oso.

“Fuimos allí y llamamos a la patrulla osera de la Junta de Castilla y León y nos encontramos con que el oso se había quedado atrapado en el bidón al que seguramente se habría acercado a comer”, relata Guillero Palomero, presidente de la FOP. Tomaron las imágenes para dejar evidencia de lo que estaba pasando, pero dejaron de filmar rápidamente para que el ejemplar no sufriera daños y se calmara. Palomero no descarta que el plantígrado llevara varios días encerrado sin poder comer debido a su bajo peso.

A las 9:45 y con el ejemplar tranquilo y tumbado en una zona de brezos y algunos árboles, los veterinarios clínicos de la Junta de Castilla y León, adscritos al plan de captura y radiomarcado de osos pardos en la comunidad, le dispararon con un dardo anestésico. lo que lo hizo dormir en 12 minutos. Inmediatamente, procedieron a retirarle el tambor de la cabeza y le colocaron un collar GPS que permite localizarlo. También le tomaron muestras y comprobaron que no había tenido tiempo de deshidratarse. Una vez finalizada la intervención lo despertaron con otra inyección. “Fue perfecto”, dice Palomero.

Aunque el oso se encontraba cerca de un vertedero de residuos, los técnicos creen que no fue allí donde se topó con el bidón que había contenido maíz, explica David Cubero, jefe del servicio de espacios naturales, fauna y flora de Castilla y León. Los equipos del Gobierno regional se encontraban trabajando en la zona del Alto Sil cuando recibieron el aviso, lo que les permitió llegar a tiempo para salvar al animal.

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“Siempre estamos preparados y también acudimos con los equipos de perros de rastreo, por si tenemos que localizar algún ejemplar, como ha podido pasar con este”, explica Cubero. Como el oso estaba postrado en cama y tranquilo cuando llegaron, no fue necesario utilizarlos. Tardaron unos 45 minutos en llegar. El aumento de población en la Cordillera Cantábrica hace que estén siempre preparados. En este caso, “no era un oso acostumbrado a estar por la zona, no nos avisaron de que se había acercado a huertas en busca de árboles frutales”, afirma Cubero.

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