El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y Carles Puigdemont, se han reunido esta mañana en Waterloo “para reforzar las relaciones entre EAJ-PNV y Junts y también analizar el complejo panorama político que han dejado las elecciones generales del 23 de julio en el Estado español” y “el papel clave” asumido por las dos partes. El acto, en el que también han estado presentes el burukide Joseba Aurrekoetxea y el secretario general de Junts, Jordi Turull, tiene un enorme significado político porque escenifica gráficamente la recomposición de las relaciones entre ambos partidos y porque supone un gesto de fuerza en el Negociación para la investidura de Pedro Sánchez.

Las relaciones entre el PNV y Junts se habían roto tras los sucesos de Cataluña del 1 de octubre de 2017. El ‘procés’ abrió una enorme brecha entre dos partidos que en principio estaban llamados a entenderse. La formación catalana era la teórica heredera de Convergencia, con la que Sabin Etxea había mantenido una alianza histórica. Pero esos lazos se rompieron y el PNV se quedó sin un aliado potencial. Al mismo tiempo, EH Bildu apostaba por hacer política en el Congreso y por la “unidad de acción” con ERC. De hecho, la coalición soberanista siempre insistió en que sus cinco diputados en la Cámara Baja no estaban solos, que con los 13 de ERC “la izquierda soberanista” se convertía en el principal aliado de Sánchez. Enfrente, el PNV sólo pudo ofrecer seis escaños. En otro gesto a tener en cuenta, la nota oficial difundida por Sabin Etxea define a Puigdemont como “presidente de la Generalitat en el exilio”.

Los gestos de acercamiento se han ido produciendo. Hace unas semanas, Aitor Esteban ya adelantó un posible deshielo que se ha materializado este viernes y que supone un duro golpe en las negociaciones para la investidura de Sánchez. El papel de Junts sigue siendo clave y es una incógnita. En su comparecencia de la semana pasada, Puigdemont planteó la exigencia de una amnistía que cada vez tiene más voces en contra en las filas socialistas. Si Junts no vota a favor del candidato socialista, habrá que repetir las elecciones, un escenario que asusta al PNV. ¿Ortúzar actúa como mediador? No sería la primera vez que los jeltzales realizan un lago similar. En las conversaciones que se abrieron en agosto para el nombramiento de Francina Armengol como presidenta del Congreso -que salieron adelante gracias a Junts-, fue Esteban quien desveló que habían sido ellos quienes habían “facilitado” ese acercamiento porque antes “había ningún tipo de contacto” entre el PSOE y Junts.

En la reunión, que duró dos horas y media, Puigdemont y Ortuzar compartieron “las posiciones y expectativas” con las que ambos partidos afrontan el proceso abierto para la “formación de un Gobierno en España”, donde se cuentan los votos de “los cinco diputados jeltzales”. “Y los siete de Junts” se han convertido en “determinantes”.

“Hacía tiempo que teníamos programada la visita al president Puigdemont en Waterloo, en el marco de los contactos periódicos que venimos manteniendo con Junts”, afirmó Ortúzar, que definió el encuentro como “cordial y beneficioso”. El presidente de Euzkadi Buru Batzar ha destacado que tanto el PNV como Junts han analizado cómo “intensificar” sus relaciones y “lógicamente, también hemos dedicado buena parte de nuestro tiempo a compartir nuestro análisis de la situación política actual teniendo en cuenta que Ambos partidos “jugamos un papel clave y decisivo tras las elecciones, de cara a cualquier eventual investidura. Hemos tenido un interesante intercambio de posiciones respecto a negociaciones que aún no han comenzado”, añadió Ortúzar.

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