Tras el fiasco de la pasada temporada, el Atlético de Madrid buscaba empezar mejor la competición y dar el primer paso hacia los octavos de final. Pero los fantasmas a veces son difíciles de ahuyentar y el equipo de Simeone vivió uno de esos finales que nunca se olvidan. Provedel, el portero de la Lazio que subió para ejecutar el último córner, marcó el gol del empate en el minuto 94. Surrealista.
En un ambiente siempre especial en el Estadio Olímpico, la Lazio salió impulsada por su equipo desde los primeros compases del partido. Romganoli con un cabezazo a saque de esquina tuvo la primera buena oportunidad para los romanos pero la más peligrosa llegó de las botas de Luis Alberto. El futbolista español enganchó primero un centro de Marusic que rozó el palo izquierdo de Oblak. Si hubiera entrado, sin duda fue el gol de la jornada por la plasticidad y dificultad del disparo.
Pero cuando parecía que lo que estaba en juego era el gol de la Lazio, Apareció Barrios. El joven canterano probó suerte desde casa y con la ayuda de Kamada, que desvió sin querer el balón, despistó a Provedel y adelantó a los de Simeone en Roma.
Duro golpe para los ‘biancocelesti’ que también perdieron por lesión a Pellegrini antes del descanso, con su rodilla gravemente afectada.
Tras el descanso, fue el conjunto colchonero el que se adelantó, aunque Oblak estuvo a punto de regalar el empate. El esloveno lo solucionó con una parada estratosférica de un Immobile que no suele fallar ese tipo de goles.
Griezmann, Morata con un disparo al palo o Lino a falta de 20 minutos podían dar tranquilidad al Atlético, pero Provedel decidió quitarle la mano al jugador brasileño, con una gran actuación como lateral. El cansancio pasó factura al equipo del equipo. Cholo, el dominio con el que comenzó la segunda parte se fue diluyendo.
Fue Antoine quien intentó calmar el loco ataque de la Lazio. Quizás esa fue la clave. El desorden del conjunto de Sarri en los metros finales que evitó poner en verdaderos aprietos a la defensa atleti.
Lo mejor para la Lazio llegó con el descuento, cuando Oblak decidió sacar en directo su versión milagrosa, con una mano imperceptible al ojo humano. Lo que nadie esperaba era el resultado final. En la última jugada del partido Provedel subió a rematar el córner y el portero de la Lazio se convirtió en el héroe absoluto al marcar el gol del empate. Una de esas cosas que suceden una vez cada mucho tiempo.