Un activista medioambiental es asesinado cada dos días, según el informe anual de la organización Global Witness. Un total de 177 activistas perdieron la vida en 2022, el 38% de las víctimas eran indígenas y el 88% de los ataques letales se cometieron en América Latina, principalmente en la Amazonía.

Colombia vuelve a liderar el ranking mundial con 60 asesinatos, seguida de Brasil (36), México (34), Honduras (14) y Filipinas (11). La muerte del activista brasileño Bruno Araujo Pereira y del periodista británico Dom Philips, en junio de 2022, fue la noticia que dio la vuelta al mundo, aunque hechos similares son relativamente comunes en América Latina, Asia y África.

Se estima que en la última década han muerto 1.910 activistas medioambientales, a manos del crimen organizado, cazadores furtivos o en eventos relacionados con acaparamiento de tierras y operaciones forestales y mineras.

“Durante demasiado tiempo, los responsables de estos ataques a los defensores del medio ambiente han quedado impunes de estos asesinatos”, denuncia Shrutti Suresh, codirector de campaña de Global Witness. “A pesar de estar amenazado por acciones irresponsables de corporaciones y gobiernos, este movimiento global de personas que defienden sus hogares y comunidades sigue siendo fuerte y no puede ser silenciado”.

Muerto en América Latina

En América Latina, un total de 1.335 activistas han muerto en la última década. El problema es especialmente preocupante en Colombia, que lidera con diferencia el ranking mundial con 382 muertes desde 2012. Según un análisis del Programa Somos Defensores, sólo el 5,2% de los casos han llegado a los tribunales. En México, el 90% de los casos contra activistas y periodistas figuran como “sin resolver”.

En Brasil, la reacción internacional ante la muerte a tiros del activista indígena Bruno Araujo Pereira y el periodista británico Dom Philips, cuando investigaban el impacto de la caza furtiva en el valle de Javari, la acción forzada de las autoridades y el arresto de dos sospechosos: Oseney da Costa de Oliveira, conocido como ‘Dos Santos’, y Amarildo da Costa Oliveira, alias ‘Pelado’.

La mayoría de las víctimas en la primera línea de fuego son activistas indígenas, como lo informó Laura Furones, quien participó en el informe Gobal Witness: “Los pueblos indígenas son los principales guardianes de los bosques y juegan un papel fundamental en la mitigación del cambio climático. sin embargo, las comunidades nativas están sitiadas en lugares como Brasil, Perú o Venezuela, precisamente por esa razón.

El informe incluye casos cada vez más frecuentes de “exiliados” ambientalistas, como el pediatra colombiano Yesid Blanco, que tuvo que abandonar su país e instalarse en Estados Unidos tras denunciar el terrible impacto de los vertidos tóxicos en la comunidad de Patio Bonito, donde se registra la mortalidad infantil. se disparó y nacían niños con anencefalia (sin parte del cerebro ni del cráneo). Blanco tuvo que dejar su cargo como director de cuidados intensivos del hospital de Barracabermeja tras recibir amenazas de muerte por hacer públicos los casos.

Según los criterios de

El proyecto de confianza

Saber más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *