Han pasado dos años desde el último episodio volcánico que ha vivido España: el del conocido Volcán Tajogaite, en la isla de La Palma. Hoy en día, gran parte de la sociedad palmera afectada por esta erupción continúa exigiendo ayuda y respuestas. Ya son casi un centenar de personas las que siguen lidiando con la incertidumbre y la desesperación. Como al principio.

Según la cifra oficial, 71 personas continúan alojadas en hoteles de la isla, con el gran desánimo que produce el paso del tiempo y Muro firme representado por las autoridades políticas locales, la Comunidad Autónoma y el Estado.. Aun así, el mismo número de víctimas son alojados en contenedores metálicos y cabañas de madera, siendo estas dos últimas opciones guetos improvisados repartidos en dos municipios.

La falta de suelo urbanizable, sumada a la Ninguna construcción de viviendas de protección oficial desde hace décadas. Representan la mezcla perfecta para que, desde que ocurrió la tragedia volcánica en 2021, una de las principales preocupaciones fuera la realojamiento de los miles de personas afectadas por la pérdida de vivienda. Según datos de la Asociación de Constructores y Promotores de la provincia de Las Palmas (AECP), En Canarias, 1.307 viviendas protegidas han pasado de construirse en 2007 a 476 en los últimos siete años. Hace apenas cuatro meses, el Cabildo de La Palma apostó por la construcción de vivienda pública a través de un convenio de colaboración con Visocan para dar respuesta, sobre todo, a aquellos cientos de personas que siguen esperando ayuda de la administración. Al día de hoy se desconoce el estado de estos esfuerzos.

Problema de la vivienda

La Palma tiene un grave problema de vivienda para todas aquellas personas que perdieron su hogar, y no se le ha dado otra solución. Un afectado, A la madre de un hijo con necesidades especiales se le pidió que abandonara el hotel donde se alojaban. (algo que sucede de vez en cuando con todas las personas que aún están alojadas) mientras se resolvía la solución habitacional. La salida se animó con la promesa de recibir una ayuda económica para el alquiler de una vivienda en condiciones para ambos.

Ayuda que nunca llegó. «El auténtico drama social surge de situaciones como esta, un claro ejemplo de la lentitud y falta de eficacia de las instituciones con los afectados”, afirma Aarón Rodríguez, uno de ellos. Ha dado voz a muchas de esas personas que, como él, están hartas de mentiras y falsas promesas. «La información es poder y, con el tiempo, me di cuenta de que mucha gente en la isla desconocíamos la situación que estábamos pasando muchos de los afectados por el volcán, en concreto los que vivimos en Puerto Naos y La Bombilla. Por eso decidí empezar subo videos a mis redes reivindicando un movimiento social entre las victimas que poco a poco ha ido dando frutos”, detalla.

Abandono y saqueo

Durante los meses de la erupción y después, la casa de Aaron se convertiría durante un tiempo en su furgoneta ya que, en su caso, no tenía una segunda casa a la que acudir. Él pasando los días en casa de sus amigos, de su novia o de su madre. Hasta que un día, armado con un contador de gas y motivado por la necesidad de estar bajo su propio techo, se dio cuenta de que habían sido saqueando las viviendas abandonadas y que el lugar había adquirido un aspecto de total abandono.

A partir de este momento ha sido un referente en la lucha por la recuperación de estos barrios abandonados. Llevando siempre contigo el medidor de gas -que, desde su regreso a La Bombilla, arroja cifras compatibles con la vida- ha reconstruido su vida a pesarcomo el nos dicede las amenazas y coacciones sufridas por las autoridades públicas.

Miguel Tomás, es otro de los afectados por la erupción volcánica, que continúa viviendo en el Hotel Princess de Fuencaliente. Después de dos años sin noticias, Michel todavía esperando soluciones por la administración para permitir que De regreso a casa, intacto y en perfecto estado. estado en Puerto Naos.

Los gases y las restricciones impuestas por las autoridades mantienen la afectados por la erupción se dividen en dos: los que, como Aarón, han decidido volver a casa a pesar de las advertencias sanitarias y los que, como Michel, confían en que la administración pública dará pronto una solución habitacional. «Mi casa sigue en pie, en ese sentido tengo suerte porque conozco muchas personas que perdieron sus casas, pero no podemos regresar al pueblo por las emisiones de gases, según las autoridades. De momento, no hay otra solución», explica. Sin embargo, Michel no pierde la esperanza. Él afirma que “Confiamos en que el nuevo Gobierno que ha entrado en el Cabildo de La Palma cumpla sus promesas y pueda aportar soluciones pronto”.

El Gobierno de España y Canarias, a través del plan de reconstrucción de la isla, prometieron financiación para nuevos edificios que no se han construido dos años después. Por el momento sólo se han dispuesto medidas temporales para las personas afectadas por la erupción que empiezan a ser definitivas. Las 121 viviendas modulares pretendían ser una salida a la crisis inmobiliaria que vive el Valle de Aridane tras el devastador paso de Tajogaite.

Alquileres de escándalo

La realidad es que la isla de La Palma continúa despoblando cada día que pasa. Las pocas casas en alquilar superar algunos precios de escándalo por la situación económica que están pasando muchas familias, y la situación empeora si hablamos de los afectados por el volcán.

Quienes permanecen fuera de sus hogares todos los días se sienten más desprotegido. Conchi Jaén Es propietaria y afecta a la zona de Puerto Naos. Sobre los proyectos que baraja la Institución insular para realojar a los desalojados que viven en el Hotel de Fuencaliente y en los apartamentos del Hotel Sol –situado en Puerto Naos y cerrado desde la erupción– Conchi asegura que “eso no soluciona el problema eso El gobierno central debería y debería haber estado resolviendo esto desde hace dos años. Tengamos segundas residencias o no, Todos estamos afectados y la administración no sólo debe protegernos sino también protegernos con las ayudas necesarias y acciones que seguimos esperando. «El volcán no ha dejado víctimas mortales, pero sí la gestión de las administraciones, la apatía y el abandono. También ha dejado numerosas enfermedades mentales en la población afectada”, afirma consternada Conchi.

El drama social que sigue viviendo La Palma es evidente, testimonios reales y cercanos de personas que han sido privadas temporalmente de su hogar y engañadas con una ayuda que nunca llegó. Abandonados por la administración que debería protegerlos y protegerlos. Personas cuyo único hogar quedó bajo la lava, o permaneció en pie, pero en zonas inaccesibles o excluyentes.

Personas que, si no se movilizan como han hecho Aarón o Conchi, podrán provocar que la propia administración les entregue un contenedor o una caseta de madera.en el mejor de los casos, o que directamente se olvida de ellos, como la mujer con un niño con necesidades especiales, o Michel que sigue viviendo en un hotel.

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