Miles de personas se movilizan en Sevilla contra el «desgaste» del colegio público andaluz como «principio de igualdad»

Miles de personas se movilizan en Sevilla contra el "desgaste" del colegio público andaluz como "principio de igualdad"

Al mismo tiempo que el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, hablaba en la clausura de la VI Escuela de Otoño del PP de Sevilla, celebrada en Carmona, miles de personas se manifestaban en el centro de Sevilla y Málaga en defensa de la ciudadanía educación y contra el deterioro del sistema escolar andaluz.

En algún momento, sus consignas se imitaron al exigir “igualdad para todos”, aunque cada una apelaba a una realidad diferente. El presidente andaluz arremetió contra Pedro Sánchez y su pacto de investidura con los independentistas catalanes, que considera perjudicial para los intereses de Andalucía y España.

El grupo Marea Verde volcó toda su indignación contra Moreno por los déficits endémicos que padece la escuela andaluza, y que se remontan más allá de los cinco años que lleva el PP gobernando esta comunidad. “¡¡No está aquí la otra igualdad!! “¡Moreno Bonilla, aumenta la plantilla!” fueron algunos de los gritos que se escucharon en la manifestación. La palabra “igualdad” fue coreada ampliamente por los asistentes, conscientes de que se ha convertido en el gran lema de campaña del Partido Popular contra la investidura de Sánchez y sus acuerdos con el independentismo catalán, encabezando incluso sus masivas movilizaciones por toda España. .

Muchos de los participantes coincidieron en denunciar el “desgaste de las escuelas públicas”, de alumnos y profesores tras el impacto de la pandemia, que ha detenido en seco el proceso de aprendizaje de miles de estudiantes y ha llevado un problema de lleno a las aulas. en ciernes: salud mental.

Acusan a Moreno de “dejar morir” algunas escuelas públicas para “justificar nuevos acuerdos y privatizaciones, como hacen en la sanidad”. “Gastan más dinero y el personal crece, porque hay más institutos. Pero en lugar de bajar la ratio, cierran las aulas públicas y nos dicen que no tocan el colegio católico privado, porque allí no baja la demanda”, afirma Maite, profesora de un centro de Pino Montano.

La protesta convocada por Marea Verde contó con el apoyo de los tres partidos de izquierda de la oposición: PSOE, Por Andalucía (que por momentos se presenta como Sumar, y por momentos como IU), Adelante Andalucía y Podemos (estos dos últimos portaban banderas con sus logotipos). De los cinco sindicatos docentes representados en la mesa sectorial, Ustea, CCOO y CGT estuvieron visiblemente presentes.

Otros tres sindicatos mayoritarios no se han sumado a la protesta: CSIF, Anpe y UGT. “Estamos peleando con el resto de organizaciones que forman parte de la Mesa Sectorial y que tienen capacidad de negociación. Los cinco tenemos concentraciones el 29 de noviembre en las ocho provincias”, explican a este diario fuentes de UGT.

El malestar en el sector educativo no cuenta con la unanimidad de las fuerzas políticas y sindicales, como sí lo tiene en el sector sanitario. La marea verde es menos marea que la blanca. Durante años, el profesorado andaluz se ha movilizado más por cuestiones laborales -legítimas y fácilmente cuantificables- que por los principios sociopolíticos inherentes a la profesión.

Es algo que admiten los profesores más veteranos, y este domingo eran muchos los jubilados que lucían la camiseta verde con el lema Escuela Pública de Todos y para Todos. “Antes se ingresaba a la magisterio por vocación en Infantil y Primaria, excepto en Secundaria. El grupo lleva mucho tiempo burocracia y eso les ha quitado a los docentes la fuerza y ​​la influencia social que tenían”, dice Eduardo, un maestro veterano, 40 años de experiencia, jubilado hace cinco años y aún voluntario en su antigua escuela.

La Policía Nacional estimó que había 800 manifestantes a las puertas del Palacio de San Telmo -sede de la Junta-, pero cuando llegaron al final del recorrido -en Las Setas- la multitud rondaba las 8.000 personas, según datos de la Subdelegación del Gobierno en Sevilla. En Málaga hubo unos 500 manifestantes. Los organizadores cifraron la asistencia en unas 10.000 personas en Sevilla y otras mil en Málaga. Fue una protesta festiva, sin incidentes, amenizada por la percusión de veinte tambores y bombos.

El motivo de las movilizaciones no fue concreto, fue un compendio de demandas y protestas de siempre, porque se viven desde hace décadas malestar docente y asociativo de padres de alumnos: aulas superpobladas, cierres de clases, bajas docentes al descubierto. , falta de refuerzos educativos, ausencia de especialistas para atender a los alumnos con necesidades especiales, falta de orientadores, deterioro de la calidad educativa, excesiva burocracia del profesorado, aumento de los precios de todos los servicios escolares complementarios que pagan las familias para poder conciliar las aulas sin aire acondicionado en verano, falta de recursos materiales, falta de lugares públicos para acceder al máster de profesorado de secundaria, retroceso en el aprendizaje de los alumnos tras el cese de la pandemia…


En la manifestación de Sevilla se encontraron profesores y familias de Cádiz, Huelva, Córdoba y algunas localidades de la provincia de Sevilla. Un grupo de profesores de un centro de La Algaba trajeron consigo una enorme maleta de viaje, de la que sacaron y exhibieron un disfraz de gorila gigante, que pasó buena parte del día protagonizando las arengas de los asistentes. “Se acabó”, afirmó Irene Yébenes, de Marea Verde, replicando la consigna de indignación y protesta que han popularizado los futbolistas de la selección española. «Sin educación pública no hay futuro», añadió.


De todos los reclamos y quejas inscritas en las cartulinas y carteles, la más concreta es la que acusa al Gobierno de Moreno y a su ministra de Educación, Patricia del Pozo, de permitir el deterioro de la escuela pública y sus servicios para favorecer el aumento de privatización del sector (con especial impulso en la Formación Profesional, que se basó en un enorme desequilibrio entre oferta y demanda). Es la misma denuncia que se atribuye a la Junta respecto al deterioro de la salud pública, y que el PP desmiente categóricamente, utilizando cifras «históricas» de inversión en gasto social.

“Nos están atacando en todos los frentes, desde los profesores interinos que se quedan en paro, las bajas que no son reemplazadas, miles de niños y niñas andaluces sin profesorado, sobre todo especialistas. Hoy han venido aquí muchas familias de alumnos con necesidades educativas especiales que no cuentan con profesores de Pedagogía Terapéutica”, explicó Yébenes.

La multitud estaba formada por diferentes grupos de profesores con problemas específicos. Las quejas por las deficiencias del plan de multilingüismo, la singular protesta de los profesores de francés, que han perdido horas en un “currículum Guadiana” -se ofrece un año, pero no el siguiente-, el grupo Escuelas de Calor, que había estado entre sus lemas la temperatura primaveral del 19 de noviembre a pleno sol y en manga corta… Dos profesores franceses izaron la bandera francesa y caminaron al ritmo de La Marsellesa.

Otra eterna exigencia en el sistema escolar andaluz: la bajada de ratio; Opte por grupos más pequeños de estudiantes en un aula para que el profesor pueda ofrecer una atención más personalizada. Una medida que cuenta con el consenso unánime de toda la comunidad científica educativa, valorada en todos los informes comparativos de sistemas escolares… En el pasado, el anterior Gobierno socialista evitaba el reclamo con esta respuesta: “Hay demasiados niños y No hay dinero”. Actualmente, la Ejecutiva del PP ha cerrado alrededor de 2.000 aulas por falta de alumnos, un descenso de la matrícula en consonancia con la caída de la natalidad.

Tampoco se ha traducido en una caída generalizada de la ratio escolar, aunque la realidad hoy es muy distinta: en las zonas rurales se mezclan en una misma aula alumnos de distintas etapas -que ni siquiera se acercan al límite legal de 25 niños por clase. -, mientras que en los barrios más poblados de las grandes ciudades el número sigue anclado o por encima del límite que marca la ley, sin que ello haya impedido que en los colegios públicos se cierren aulas sin mucha demanda.

De los cinco partidos representados en el Parlamento andaluz, el único portavoz de su grupo presente en la manifestación fue José Ignacio García, del grupo mixto Adelante Andalucía. García, profesora de carrera en excedencia, acusó a la Junta de querer «destruir» la educación pública como «mecanismo de inclusión social». A la protesta también se sumaron Javier Fernández, presidente de la Diputación Provincial de Sevilla y líder provincial del PSOE, y María Márquez, parlamentaria andaluza y miembro de la ejecutiva federal.

En Málaga, el coordinador general de IU Andalucía y diputado de Sumar en el Congreso, Toni Valero, acusó al PP de vulnerar el derecho a la educación, a la igualdad de oportunidades y de «maltratar sistemáticamente al sistema educativo público».

Poco antes de que comenzaran las manifestaciones, el Departamento de Desarrollo Educativo emitió un comunicado para recordar su «compromiso incuestionable» con la escuela y reiterar el presupuesto destinado a educación, la segunda mayor de las cuentas autonómicas, detrás de Sanidad. .


El departamento de Del Pozo defiende que su plantilla alcanza ya los 108.000 docentes -6.500 más que el último año de gobierno del PSOE (2018)-, pese a que hay 90.000 alumnos menos. Reitera que el grupo está mejor pagado que el año pasado gracias al acuerdo de equiparación salarial alcanzado con los sindicatos. El presupuesto educativo ha crecido «como nunca en la historia», subrayan, y ha crecido en 2.500 millones entre 2019 y 2023, hasta situarse en 8.860 millones de euros.

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