El juez García-Castellón decide ahora enviar la causa contra Puigdemont al Tribunal Supremo sin esperar a que el Tribunal resuelva | España

EL PAÍS

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón decidió enviar este martes al Tribunal Supremo un escrito motivado para investigar al expresidente de la Generalitat y actual eurodiputado, Carles Puigdemont, a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y a otras 10 personas por terrorismo. personas en la causa del Tsunami Democrático. El magistrado explica en su escrito a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo que la investigación de los hechos requiere «la práctica de diligencias de instrucción» que no se pueden realizar desde la Audiencia Nacional, ya que tanto Puigdemont -al que sitúa «en el punto más alto «de la organización» -como el diputado del Parlamento catalán Rubén Wagensberg- están cualificados ante el Tribunal Supremo por sus respectivas posiciones parlamentarias. Hace apenas 15 días, el mismo juez dictó un auto en el que nombraba a Puigdemont como imputado, ofreciéndole la posibilidad de declarar voluntariamente ante el tribunal antes de presentar la correspondiente solicitud al Parlamento Europeo. En esa orden no decía nada sobre enviar el caso a la Corte Suprema.

Aquel auto judicial del 6 de noviembre provocó un rápido recurso de la Fiscalía ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional donde rechazó que se tratara de un caso de terrorismo sino de desorden público agravado, y no encontró pruebas suficientes para imputar a Puigdemont. Pero García Castellón no ha esperado a que el Tribunal resuelva este recurso y antes de que dicha instancia se pronuncie sobre la acusación del líder de Junts se ha dirigido al Tribunal Supremo para estudiar si debe hacerse cargo del caso. El defensor de Puigdemont, Gonzalo Boye, ha afirmado a su vez a EL PAÍS que las últimas decisiones del juez García-Castellón revelan «una estrategia judicial que será estéril» por su débil fundamento y que la declaración motivada también será impugnada mediante recurso de apelación.

Si prospera el recurso de la Fiscalía, podría suponer que la investigación de la Audiencia Nacional tendría que reorientarse por desórdenes públicos y sin que Puigdemont fuera imputado. La exposición razonada sitúa al Tribunal Supremo ante la disyuntiva de apreciar o no pruebas suficientes para continuar una investigación sobre presuntos delitos de terrorismo vinculados a Puigdemont.

García Castellón insiste en la existencia de pruebas contra el expresidente catalán. El juez considera que tales pruebas permiten “inferir” su participación en el nacimiento y planificación de las acciones de Tsunami Democràtic. Entre estos datos menciona los mensajes vía teléfono móvil entre el investigado Josep Lluís Alay y Jesús Rodríguez, las notas de la agenda del primero o el empujón de Puigdemont a través de Twitter (la actual X) para el lanzamiento de la plataforma Tsunami. El papel de liderazgo de Puigdemont en Tsunami también se infiere, prosigue el instructor, de una conversación mantenida con el investigado Josep Campmajó -escritor y empresario al que sitúa al frente del movimiento- en la que comentan la actitud que están teniendo los dirigentes. Los políticos catalanes en relación con la sentencia del proceso.

El juez cita en su presentación ante el Tribunal Supremo la huelga general del 18 de octubre de 2019, el intento de afectar las elecciones generales de noviembre o el bloqueo de Infraestructuras críticas del Estado así como las actuaciones llevadas a cabo en el aeropuerto de Barcelona-El. Prat y la torre de control de ENAIRE de Barcelona-Gavà. En este sentido, destaca “la importancia estratégica de este objetivo, y las graves consecuencias que el éxito de la actuación prevista podría haber tenido para la seguridad del tráfico aéreo nacional e internacional. Si Tsunami Democràtic hubiera conseguido su objetivo de impedir el cambio de turno de los controladores aéreos de la instalación, esto no sólo habría causado un daño económico, sino que podría haber tenido un resultado catastrófico con consecuencias imprevisibles para las personas que se encontraban en ese momento. vuelo a bordo de aeronaves en la zona controlada, con evidente riesgo y peligro para sus vidas”. El juez sugiere así que los controladores aéreos habrían abandonado sus puestos al ver que sus compañeros no llegaban para el cambio de turno.

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Para el juez, no se puede minimizar el impacto que tuvo la movilización en la vida e integridad de las personas, debiendo destacarse que en el marco de esta acción se produjo la muerte de una persona, según informaron los medios de comunicación. En ese tiempo. De este hecho alerta el juez, que leyó hace cuatro años en la prensa cuando abrió la investigación y que ni siquiera cita el informe que encargó a la Guardia Civil. Por ello, considera necesario averiguar si el colapso del aeropuerto pudo haber intervenido de alguna manera en el fatal desenlace, y si se puede «descartar que la muerte (…) se hubiera podido evitar». El informe de la Guardia Civil adjunto al caso no menciona en ningún momento que durante las movilizaciones para cortar el acceso al aeropuerto de Barcelona un pasajero sufrió un infarto, que fue trasladado posteriormente en helicóptero al hospital, donde falleció. En sus declaraciones e informes a la autoridad judicial, los Mossos d’Esquadra nunca vincularon la muerte de este pasajero con las protestas.

García-Castellón ha solicitado recientemente amparo al Consejo General del Poder Judicial tras haber recibido críticas del Gobierno y de la Generalitat por implicar a Puigdemont en presuntos delitos de terrorismo y coincidiendo con las negociaciones del PSOE con ERC y Junts para acordar una ley de amnistía aplicable a quienes condenado por proceso. La Asociación Dignidad y Justicia —presidida por Daniel Portero, diputado regional del PP en Madrid e hijo de un fiscal asesinado por ETA— había solicitado el día 13 que el caso Tsunami Democrático se pasara al Tribunal Supremo, implicando a los investigados Puigdemont y Wagensberg.

La Audiencia envía un aviso al magistrado

Poco después de conocerse este martes el envío de la declaración motivada de García-Castellón al Tribunal Supremo, la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional abrió un expediente gubernativo para requerir documentación a García-Castellón por haber rechazado inicialmente la recusación planteada contra él por el empresario Oriol. Soler, también procesado en el caso Tsunami, cuando esa decisión correspondía a la sala penal de la propia Corte. El expediente no conlleva ninguna sanción porque no es una medida disciplinaria, pero sí una advertencia.

El empresario alegó en su recusación que el magistrado ha «perdido imparcialidad» y tiene un «interés directo» en el caso por unas declaraciones sobre la amnistía que hizo, hace un mes y medio, en una conferencia en Ourense. “La esclavitud tampoco está prohibida en la Constitución y, sin embargo, no es posible”, dijo entonces cuando se le preguntó sobre el hecho de que la Constitución no prohíbe expresamente la posibilidad de conceder una amnistía. Soler cree que García-Castellón demuestra con sus palabras “su clara animadversión y rechazo” al independentismo catalán.

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional recuerda a García-Castellón que es «la competente para resolver los incidentes de abstención y recusación de magistrados» de instrucción, y por eso solicita información al magistrado. Fuentes jurídicas citadas por Europa Press explican que no se trata de una investigación interna contra el magistrado pero sí de una llamada de atención. Los jueces de instrucción sólo pueden resolver los incidentes de recusación o abstención mediante auto, añaden las mismas fuentes, cuando se trate de solicitudes extemporáneas.

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