«Se reía mientras ardíamos»

"Se reía mientras ardíamos"

La exnovia de ‘El Melillero’ no vio cómo se produjo el ataque con ácido sulfúrico en el que tanto ella como su amiga sufrieron gravísimas heridas, ocurrido el 12 de enero de 2021 en el municipio malagueño de Cártama. Lo que sí recuerda, según afirmó este lunes en el juicio desde una sala contigua y detrás de un biombo, es que se reía y miraba con cara de satisfacción a las dos víctimas mientras ellas, completamente presas del pánico, pedían ayuda tras ser atropelladas por el líquido corrosivo.

Así lo ha manifestado esta mañana ante el juzgado de la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Málaga. Su voz era apenas audible, pero la víctima respondió a todas las preguntas formuladas por la fiscalía y la defensa. Según él, no ha dejado de recibir amenazas de muerte desde que rompió con el principal acusado en diciembre de 2020, quien comparte banquillo con otros cinco hombres.

Comenzaron la relación en mayo de 2020 y, a partir de julio, los insultos, palizas y amenazas empezaron a ser prácticamente a diario, según ha sostenido. En este sentido, explicó que ‘El Melillero’ ejercía un control obsesivo sobre ella y siempre quería saber con quién hablaba de ella, dónde estaba y en qué compañía, además de controlar su teléfono móvil.

La víctima ha manifestado que decidió trasladarse desde Málaga capital a Cártama tras terminar la relación con él con la intención de que él no pudiera localizarla. «Se lo tomó muy mal», dijo, refiriéndose a la ruptura. Según contó, sentía miedo y por eso nunca dejó a su amiga: “él siempre me decía que me iba a matar, era constante”. De hecho, ha afirmado que él incluso juró en nombre de su hijo que acabaría con ella.

Pese al cambio de domicilio, ha asegurado que era muy habitual que ‘El Melillero’ apareciera donde estaba cuando iba en su coche o en el de la segunda víctima. Respecto a las balizas de geolocalización instaladas en los vehículos de las dos víctimas, la exnovia ha negado que, contrariamente a lo afirmado por el acusado, hubieran autorizado su colocación: «Si me escapé de él, ¿cómo podría dejarlo?». .

El día antes del ataque con ácido, el 11 de enero, ella estaba con su amigo en Cártama y él se presentó en el lugar con otro individuo, a quien ella no conocía. Según ella, su exnovio las adelantó con otro coche, les cortó el paso y le gritó que bajara la ventanilla del coche, a lo que ella se negó. Según su versión, el imputado señaló a su acompañante y le dijo: “Mira, este es el que te va a cuidar”, mientras el segundo hombre hacía el gesto de degollarle.

El 12 de enero, sobre las 14.10 horas, la exnovia del acusado había recogido en su coche a la segunda víctima y, cuando iban por una calle, también en Cártama, se cruzaron con él, que subía por la mismo camino y estaba con el hombre que lo acompañaba el día anterior. Según explicó entre sollozos, ella tenía la ventanilla de su auto un poco abierta, como “unos cuatro dedos”.

No vio quién les arrojó el ácido por esa abertura ni si alguno de los investigados salió del auto en el que se encontraban, aclaró en la audiencia. Sin embargo, ha asegurado que sí recuerda que ‘El Melillero’, que era el conductor, «se rió» mientras les miraba «con cara de satisfacción» en el momento en que las dos jóvenes bajaban del coche y pedían ayuda. a causa de los accidentes. Quemaduras.

La expareja del acusado también ha explicado que ha tenido que someterse a numerosas operaciones tras el ataque con la sustancia corrosiva y que, según le han dicho los médicos, tendrá que seguir siendo intervenido quirúrgicamente de por vida.

Su amiga también ha dado declaraciones detrás de un biombo. Según la víctima, presenció en más de una ocasión las amenazas de muerte de ‘El Melillero’ a su expareja en los días posteriores a la ruptura. Asimismo, ha indicado que también se sintió amenazada por él, ya que en una ocasión le dijo que los iba a matar a ambos.

En este sentido, explicó que la exnovia del acusado, después de terminar la relación, cambió su número de teléfono y pasaba mucho tiempo con ella porque tenía miedo, pudiendo así ver que él seguía apareciendo y siguiéndola cada vez. Salieron. Asimismo, ha rechazado que hubieran autorizado la colocación de dispositivos de geolocalización en sus vehículos.

El día del ataque con ácido, el herido ha indicado que el vehículo que conducía ‘El Melillero’ fue colocado junto al coche en el que viajaban las dos víctimas. Según su creencia, arrojaron el líquido por la ventana de la expareja de ‘El Melillero’, aunque no vio quién lo hizo porque estaba mirando su teléfono móvil.

Al igual que su amiga, dijo que cuando bajaron del auto porque sufrían quemaduras, pudo ver que el acusado los miraba sonriendo. A causa de su ataque cambió de teléfono móvil y estuvo mucho tiempo sin salir sola, según contó, aunque poco a poco intenta recuperar su vida.

Testigos protegidos

En esta segunda sesión también han declarado dos testigos protegidos que, según han manifestado, presenciaron el ataque con la sustancia corrosiva. Según explicó el primero de ellos, pudo ver que una persona sacó la mano por la ventanilla del conductor y la metió por la ventanilla del otro vehículo con una botella, que se encontraba dentro de una bolsa.

A continuación, observó cómo las dos jóvenes bajaban del segundo auto, al que habían arrojado el líquido, y pedían ayuda al grito de: «Me estoy quemando, me estoy quemando».

El segundo testigo protegido, según ha contado, intentó socorrer lo mejor que pudo a las dos mujeres y llamó al 112 tras la agresión. Según su versión, también vio el momento en que una mano salió por la ventanilla con una bolsa y se dirigió hacia la ventanilla del otro auto, en el que viajaban las víctimas.

‘El Melillero’ se enfrenta a una petición de 51 años y medio de prisión. La Fiscalía considera que supuestamente él orquestó este intento de asesinato, en el que colaboraron los cinco imputados, uno de ellos el que arrojó la sustancia. También entiende que hay una agravación de género.

Así consta en el escrito de la fiscalía, en el que a este hombre se le imputan dos delitos de tentativa de homicidio (solicita 17 años de prisión para cada uno), uno de pertenencia a organización criminal (solicitud de siete años), dos de amenazas graves (dos años por cada delito), otros dos de acoso (24 meses de prisión para cada uno) y un delito de maltrato habitual (30 meses de cárcel).

Según la acusación pública, los imputados pertenecen a una supuesta organización dedicada principalmente al narcotráfico y ocasionalmente a delitos contra la propiedad, en la que ‘El Melillero’ aparentemente tenía «funciones principales» y los demás cumplían «funciones subalternas». según lo que ordenó.

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